Dom Angelo - Mongiovi Trio

Un álbum de un intérprete de jazz joven (en nuestro caso, Mongiovi Trio, una creación de Dom Angelo Mongiovi), descubre que su aproximación a la música es similar a la de un escritor frente a una hoja en blanco o un pintor ante un virginal lienzo.

Egresados de las escuelas de música, crecidos escuchando sonidos de otros géneros debido a que el jazz hace rato que dejó de ser un arte popular (pueden hallar en YouTube versiones de Dom Angelo en curiosas elecciones de canciones pop pertenecientes a décadas pasadas, por ejemplo: Nikita (Elton John), Liberian Girl (Michael Jackson); siendo sencillo sospechar que eran escuchadas por sus padres cuando era un niño); enseñan en sus grabaciones un collage impreciso, difuminado, de materiales, apenas determinado, fijado, por la habilidad para unir esos ingredientes en virtud de su propio aprendizaje, no limitado como se puede inferir de lo señalado antes al adiestramiento escolar.

Un oyente formado en la escucha de las generaciones anteriores de jazzistas, dueños de un estilo más definido construido en base a una aproximación a la tradición más directa (en particular aquellas camadas que se educaron en las grandes orquestas), no sabe qué esperar de los más nóveles. Eso, claro está, no es malo per se.

Lo que resulta interesante de Mongiovi Trio, en comparación con Porto, publicado hace cinco años, consiste en que a pesar de llevar la rúbrica de Dom Angelo Trio la ecuación es la misma: Mongiovi ejerce claramente el liderazgo, pero la incorporación de sus acompañantes no es ociosa, antojadiza, de compromiso, cada contribución es significativa y añade una pieza sin la cual el montaje no habría sido igual de acabado.

También es notable que en la interpretación en la guitarra no hallarán pecado de juventud alguno; en su audición no encontrarán excesos, ni alardes, sino madurez.

Esto último está vinculado a un atributo de la música: las temas tienen la duración necesaria, no contienen solos o exploraciones superfluas.

Las composiciones están unidas por breves recitados (Amor, Lareira, O Eterno, Busca Final), lo que significa otro hallazgo, una cualidad más agregada, puesto que, lejos de quitar cohesión a la construcción pensada por Dom Angelo, son funcionales al conjunto, incorporan unas finas prendas para envolver los ritmos dentro de un marco de intimidad, de interioridad.

Evocativas, sensoriales, emotivas, muy expresivas, todas transmiten algo: Tom o Ser, son poéticas, bucólicas, incluso naïve; Nino, la más propiamente jazzística, muestra el lucimiento de Amaro Freitas en el piano; Coraçao es fantástica, siendo distinguida la contribución de Luciano Emerson en el clarinete y Thiago Henrick en la flauta; Velhos Amigos incluye un atrayente contrapunto entre guitarra, piano y batería (Rostan Junior), y el bajo de Miguel Mendes apuntalando el edificio; por su parte, Copo Vazio (única composición no propia) consiste en una concisa traslación de una de las siempre lúcidas páginas de Gilberto Gil.

Bravo, Dom Angelo! Pra frente! ****

1.Tom 7'03"

2.Amor 0'08"

3.Ser 3'06"

4.Lareira 0'19"

5.Nino 7'44"

6.Nascimento 0'48"

7.Mãe 2'50"

8.O Eterno 0'24"

9.Coração 5'41"

10.Velhos Amigos 7'00"

11.Copo Vazio 4'56"

12.Busca Final 0'10"

Dom Angelo Mongiovi - guitarra

Miguel Mendes - baixo

Rostan Junior - bateria

Participações:

Amaro Freitas - piano (faixas 1 e 5)

Marcello Rangel - voz (Faixas 3,4,6 e 8)

Thiago Albuquerque - piano (10)

Luciano Emerson - clarinete (faixa 9)

Thiago Henrick - flauta (faixa 9)

Todas as composições por Dom Angelo Mongiovi (exceto "Copo Vazio", por Gilberto Gil)

Todas as poesias de autoria de Fiorina Mongiovi (exceto "Busca Final", por Antonino Mongiovi)

Gravado nos dias 9 e 23 de setembro de 2019 no estúdio Carranca (Recife-PE-Brasil).

Boa Vista Jazz Records (2020)